MORDISCOS (2005)
Desear, me hace humana. No soy el deseo, pero soy lo que soy gracias a lo que deseo. Vivo el deseo como una parte de mis sentidos, como una prolongación de mí donde todo se mezcla: el olfato, los recuerdos, el tacto, las necesidades, el gusto, la supervivencia, las imágenes, el juego, el placer, el miedo… Mordiscos es un “collage” de estas sensaciones y de estas ansias.
Como mujer, busco entre las formas de mi deseo. Y encuentro un deseo extenso y placentero sin respuesta ni reproches. Como intérprete, juego con las caras del deseo como una aventurera osada. Hago de hilo conductor de un destino que se convierte en hallazgo. Y grito de mil maneras: “Tengo hambre!”, convirtiendo mi hambre, siempre insatisfecha, en el “leitmotiv” de un camino nunca inacabado que acaba convirtiéndose en espectáculo.
Soy Eva, la mujer, y no estoy sola. Un alter ego silencioso e incómodo me acompaña al escenario. Un maniquí, espejo tridimensional de carne y huesos sintético, me observa como una santa comprensiva que acepta las ofrendas y excentricidades de su devota.
Todo el que es auténtico es absurdo y es cómico y es trágico, pero, sobre todo, es sorprendente. «Mordiscos» lo es también mediante un juego surrealista hecho de imágenes que se explican más allá de aquello que podemos ver. El lenguaje de la sugestión. El gesto, la danza y el clown, acaban de enlazar todo este recorrido por el interior de las emociones con la suavidad y la contundencia de una caricia oportuna. No hay preguntas. El deseo es más poderoso que la sabiduría. Y por eso también es sabio.
Estreno 2004 en Nau Ivanow. Atrium Viladecans
FICHA ARTÍSTICA
Creación:
Susanna Barranco
Dirección actriz:
Toni Arteaga i Peter Gadish
Interpretación:
Susanna Barranco